El toro embolado es un festejo tradicional de España en el que se colocan a un toro dos bolas de fuego en sus astas. No se conocen realmente sus orígenes, pero junto a otros festejos taurinos en los que no se le da muerte al animal pueden tener su origen en la civilización minoica.
La zona de mayor actividad y tradición popular comprende las provincias de Castellón y Valencia, la provincia de Tarragona.
Este festejo se celebra principalmente al atardecer o en plena noche.
El recinto donde se realizan estos actos suelen ser las propias calles de la población donde se celebra.
Una vez se da salida al astado un grupo de hombres tira de la cuerda para atraer el toro al pilón; esta operación es bastante delicada puesto que hay que evitar que se enrolle o lastime el animal.
Una vez se consigue tener al toro junto al pilón, se coloca una pinza que agarra la soga y que impide que el toro pueda retroceder, cortándose el resto de la soga, quedando el toro sujeto.
Una vez el toro está fijo en el pilón, comienza el trabajo de insertarle los herrajes con las bolas o el embolado. Ello no siempre es así, a veces los toros ya vienen con el montaje a punto y sólo es necesario prender las bolas.
En este momento se queda sólo el individuo que cortará la cuerda, y un compañero de confianza que le sujetará al toro por el rabo para intentar frenar la salida del toro, ya que el cortador se encuentra en franca desventaja frente al astado
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